22 enero 2015

FE EN DIOS

El pequeño Roberto un día preguntó a su padre qué significaba tener fe en Dios.
Con una amplia sonrisa, su padre le respondió:
¿En verdad quieres saber lo que es la fe en Dios?
Sí, -respondió Roberto.
Bien, vamos a la playa y te lo enseñaré.
Roberto vivía muy cerca de la playa. Una vez llegaron allí, su padre le entregó un chaleco salvavidas y unas aletas.
—¡Pero yo no sé nadar! -dijo Roberto.
Lo sé, -le dijo el padre-. Póntelos de todas maneras.
Y así lo hizo el niño.
Ahora comienza a caminar hacia el mar de espaldas. Llegará un momento en el que sentirás que tus pies no tocan tierra. Déjate ir y arrójate de espaldas. No te hundirás ya que el chaleco te hará flotar.
Roberto estaba aterrado:
¡No padre, no quiero hacerlo, me da miedo!
¡Hazlo! -dijo el padre-. Estaré junto a ti para que no temas, así que tranquilo.
Roberto confió en su padre.
Mientras caminaba de espaldas llegó un momento en el que sintió que no tocaba tierra. Dudó. Pero recordó las palabras de su padre, aparte de que lo tenía cerca de él.
En un acto de valor dio el siguiente paso... ¡Ya no tocaba tierra! Sin embargo... flotó en el mar gracias al chaleco. Se sintió emocionado ante la experiencia y feliz.
Ambos salieron del mar. Camino a casa, su padre le explicó:
En esto consiste la fe en Dios: el mar representa la vida. Yo represento a Dios y el chaleco representa la fe. Cuando te adentres en el mar de la vida y sientas que la lógica no puede ayudarte a salir a flote de tus problemas, hasta perder el suelo, debes creer que el chaleco de la fe te salvará. Dios estará siempre cerca de ti, pero depende de que te atrevas a dar el primer paso de confiar en Él, vistiéndote el chaleco de la fe y arrojándote con él, para que puedas flotar en el mar de la vida con total paz y tranquilidad.
 
 
Éste es el poder de la fe...
Saber que Dios siempre está a nuestro lado
para ayudarnos a "flotar"
por encima de nuestros problemas.

10 enero 2015

TAN SÓLO UN COPO MÁS

¿Puedes decirme cuánto pesa un copo de nieve? -le preguntó un colibrí a una paloma.
Nada -fue la respuesta.
Si eso es lo que piensas, que no pesa nada, te voy a contar una historia: El otro día me posé en la rama de un pino, cerca de su tronco. Hacía frío y comenzó a nevar mansamente. No era una de esas ventiscas terribles que azotan los árboles y los retuercen dolorosamente. Nevaba como un sueño, sin violencia, sin heridas. Como no tenía nada que hacer, empecé a contar los copos que caían sobre la rama. Había contado exactamente 3.741.902 copos, cuando cayó el siguiente -sin peso alguno, como tú dices- y quebró la rama.
Dicho esto, el colibrí levantó el vuelo.
La paloma, una autoridad en la materia desde tiempos de Noé, se puso a reflexionar y, pasados unos minutos, se dijo: "Quizá tan sólo sea necesaria la colaboración de una persona más para que la solidaridad se abra camino en el mundo"... 
 
Tú solo no vas a arreglar el mundo, pero brinda el aporte que te toca. Haz lo que debes hacer, trabaja con ilusión y cumple con tu deber aunque no veas los resultados. Sé responsable y amable aunque los demás no lo sean. Sé coherente contigo mismo. No uses la flojera o la irresponsabilidad de los demás como excusa para no actuar tú, para no hacer lo que te toca hacer.

06 enero 2015

REGALOS DIFERENTES

Hoy es un día de intercambio de regalos...
Nuestra sociedad de consumo nos ha inoculado el virus de la falsa creencia de que sólo lo material importa, las cosas se miden por su cantidad, por su precio...
Pero no sólo pueden regalarse cosas, objetos de compra-venta. En el escaparate del alma se exponen otros muchos regalos que no cuestan pero que valen mucho. Son regalos que no se compran sino que se comparten. Aquí van unas sugerencias...

- El regalo de la mirada. Es ofrecer una mirada que no juzga. no compara ni condena, una mirada que mira y se deja mirar. Una mirada de amor sobre nuestro entorno.

- El regalo de la escucha. Es escuchar... sólo escuchar, alcanzando a oír lo que no se dice y lo que está detrás de lo dicho. Es escuchar con el oído de la comprensión.

- El regalo de la ternura. Un beso, un abrazo, una caricia, una palabra amable... son gestos cargados de suavidad y que expresan el cariño y el calor que nos salen de dentro.

- El regalo de la sonrisa. Una sonrisa que diga al otro que su presencia nos llena de gozo.

- El regalo de la paciencia. Es saber esperar, darles a las personas su espacio y su tiempo para que puedan expresarse.

- El regalo del agradecimiento. Dar las gracias desde lo más profundo del corazón, con sinceridad y emoción, más allá del simple reconocimiento.
 

01 enero 2015

¡ FELIZ AÑO NUEVO !

Nada mejor para empezar este Nuevo Año que un gran ABRAZO para todos los Padres, Hermanas y Laicos del Amor Misericordioso
                                los de cerca, los de lejos...
                                                      los de siempre y los de ahora...
 
Para todos aquellos que pasaron y pasan cada día por mi vida dejando una huella en mí. Para todos vosotros con el cariño y el deseo de que tengamos
 
UN GRAN AÑO LLENO DE PROYECTOS REALISTAS
E ILUSIONES NUEVAS.