09 junio 2014

VIVIR EN COMUNIDAD

"Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre,
allí estoy yo en medio de ellos"
(Mt. 18, 20)

No puede ser casualidad que en la comunidad, Dios haya elegido habitar y hacerse presente de una manera especial. Porque en comunidad aprendemos a cambiar, a crecer y también a reconocerlo vivo y presente... “En medio nuestro”, en el rostro de cada hermano, Dios mismo nos habla y nos muestra cuánto nos ama.
Por eso Jesús fundó una comunidad, para que se extendiera por el mundo y a través de los años... Gracias a ella hemos recibido la fe.
Gracias a la comunidad y al testimonio de los que la formamos, vamos creciendo como personas de fe, y el testimonio de vida de otros hermanos nos sostiene cada día y nos impulsa a poner manos a la obra y compartir nuestros dones poniéndolos al servicio de otros.
Vivir en comunidad, para mí, significa esto: hacernos UNO con los demás como el mismo Jesús se hizo UNO con el Padre. La comunidad nos da la posibilidad de descubrir quiénes somos gracias a los demás, y refleja la gran oportunidad de reconocer quién es Dios y entrar en su misterio.
Así que ahora sé con toda seguridad que no es posible vivir la fe en solitario, necesito de los demás para fortalecerla y encontrar la fuerza para expresarla.
 

02 junio 2014

¡ HASTA EL CIELO... MADRE ESPERANZA !

Momento crucial de todo el día de la Beatificación de Madre Esperanza de Jesús.
Aún resuenan en mi memoria el voltear de las campanas del Santuario... algunos no sabíamos si llorar... si hacer fotos... o incluso simplemente mirar al cielo en señal de agradecimiento... o todo a la vez.
Ahora, quizá un poco más calmada de la emoción, sólo puedo agradecer el haber tenido el gran regalo de poder vivir este momento, y sobre todo junto a la gente que quiero y que hace ya muchos años forman parte indispensable de mi caminar cristiano y de mi vida. 

EMOCIONANTE...

Absolutamente emocionante... todos nos quedamos sin palabras y más de una lágrima corrió... no sólo en este momento crucial, sino a lo largo de todo el día.
Nuestras lágrimas se confundieron con la lluvia que a ratos nos acompañó, pero incluso la lluvia para mí fue positiva, porque fue como un símbolo que ayudó a limpiar y preparar nuestros corazones para vivir con mayor intensidad todo lo que acontecía.
Habría tantas cosas que destacar, tanto por lo que dar gracias... por vernos allí todos juntos, por el evento histórico que estábamos viviendo, por tantas ilusiones y esperanzas compartidas, por el reencuentro con los hermanos laicos venidos de otros países... en fin, cada uno sabe lo que guarda en su corazón de este día vivido que permanecerá indeleble en nuestra memoria, la memoria del AMOR MISERICORDIOSO.