08 febrero 2014

UN ENCUENTRO INESPERADO

Quiero empezar este espacio que ahora abro con la primera reflexión que llegó hasta mí de Madre Esperanza de Jesús de la mano de la Congregación de los Hijos del Amor Misericordioso que acababan de llegar a nuestra Parroquia.

“Yo debo llegar a hacer que los hombres le conozcan,
no como un Padre ofendido por las ingratitudes de sus hijos,
sino como bondadoso Padre que busca por todos los medios

la manera de confortar, ayudar y hacer felices a sus hijos
y que los sigue y busca con amor incansable,
como si Él no pudiera ser feliz sin ellos”.
 

Estas palabras calaron en mí de una forma única, no sé si fue porque yo vivía en aquel momento un tiempo de aguas agitadas en mi interior o simplemente porque Dios quiso que llegaran a mi corazón de una manera especial.
Pero es lo que ocurrió...
Las palabras de Madre Esperanza fueron un bálsamo para mí, aquietaron las turbulencias de mi pensamiento y empezaron a calmar y llenar de paz y serenidad mi corazón y mi mente.

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